1. Generar Ideas:
conociendo al cliente, y lo que quiere, el diseñador debe obtener ideas,
o dicho de otra manera, formas de poder representar lo que el cliente
necesita.
Para ello hay diversas formas en las que no voy a entrar demasiado, como son:
– Lluvia de ideas (brainstorm)
– Marcos de experiencia, mapas mentales, organizadores gráficos (esquemas gráficos), listas de atributos, guiones gráficos…
2. Crear bocetos
Un boceto son dibujos preliminares de tamaño
pequeño, rápidos y sin muchos alardes para exprimir gráficamente esas
ideas. Se dice que hacerlos manualmente favorece la exploración.
3. Crear borradores
Son los prototipos de lo que luego serán
diseños finales, son los mejores bocetos refinados, para ver cómo quedan
las ideas creativas en ellos, y si son válidos, o no, y se deben buscar
nuevas formas.
4. Obtener el arte final.
Un arte final es una representación
detallada de un concepto de diseño, muy cercana al aspecto que tendría
finalmente la pieza creada.
5. Revisiones del cliente.
a pesar de que el proceso creativo debería
ser libre, y el diseñador ha tenido en cuenta al cliente en todas sus
fases, es muy difícil que a la primera un cliente acepte un arte final,
con lo que habrá que realizar cambios y retoques en el diseño final.
para evitar ello, se suelen hacer tres o cuatro artes finales, con el fin de que el cliente pueda ver más alternativas.
y aquí acabaría la fase del diseño de un producto gráfico.